Tengo el dolor de tu alma tan adentro
que ya no sé si siento lo que siento
o siento la tristeza de tu frente.
Tu dolor es tan tuyo como mío;
tuyo es mi corazón. Yo ya no puedo
decirte que te quiero, decir que nada tengo,
porque no sé si vivo o estoy muerto.
Sólo sé la tristeza de tu pena,
el dolor de la herida de tu vena,
la alegría del labio con que ríes,
y el amor de la fuerza con que quieres.
Vivo la soledad del gesto con que sientes,
la duda del dilema en el que vives,
siento la inspiración del verso que tú escribes
y tirito tu miedo con mis dientes.
Porque el dolor de tu alma lo tengo tan adentro
que ya no sé si siento lo que siento,
o la tristeza siento de tu frente.
No sé si sé sentir, no sé decirte
si tengo el alma alegre o estoy triste;
si mi pena es mi pena o es mi vida,
si está abierta la llaga de mi herida,
si me emociono yo cuando te veo
o lloras tú por ver cómo te quiero;
no sé si es que estoy solo cuando lloras
o lloro cuando sé que tú estás sola.
Mi corazón es tuyo. Ya no puedo
decir que tengo nada, decirte que te quiero,
pues no sé si estoy vivo o si me muero.