
en estos días que termina un año
lleno de cambios y emociones bellas
apareces de nuevo por mi vida,
radiante, bella, alegre como siempre.
Tú eres mi diosa de la Luna bella,
eres un canto de amor y alegría
que me hace amar la vida con más fuerza.
Adoro cada punto de tu piel,
de tu rostro sereno, de tu alma
y agradezco con todo el corazón
la dicha que me ofreces
con saber que has guardado mi recuerdo.
Al leer tus palabras, diosa mía
saltó mi corazón dentro del pecho.
Espero que la vida nos permita
encontrarnos muy pronto frente a frente,
poder ver tu sonrisa, tu mirada,
acariciar tu alma y adorarte
como mereces, diosa de mis sueños.
V. K.
Aprenderé el camino de memoria,
cada brizna de hierba, cada grano
de arena que me lleve hasta ese gozo
de perderme en tus muslos, en tus brazos.
Frotaré con mi piel tu piel morena
desde arriba hasta abajo, deteniendo
tus suspiros inquietos al llegar
al triángulo gozoso de tu cueva
ardiente y húmeda, de verticales labios
que esconde tu tesoro más preciado.
Mi lengua será complice del grito
ahogado de tu cuerpo al recorrerte
el vientre, el cuello, los muslos y los labios
y morderé tu mente con mis dientes
y tocaré el desnudo de tu cuerpo
con mis manos inquietas
hasta saciar la fuente de tu gozo
perdido entre tus sábanas.
V. K.