Tu cuerpo

.



Con cada movimiento, suave y firme
expresa la razón de mis deseos.
Sensual, intensamente sugerente,
tu cuerpo es un poema en movimiento.

Al tiempo que tu cuerpo me seduce
y me hace desearte ardientemente,
la luz de tu sonrisa me ilumina
trayendo un nuevo brillo hasta mi alma.

Eres la luz que alumbra mi camino,
el destino encontrado, necesario.
Me guías y me alegras, me reavivas,
y haces que los sentidos me renazcan
en una vida enteramente nueva.



V. K.

Publicado por primera vez en "Crónica del Viento" el 4 de agosto de 2008

El beso

.

El beso que te guardo es suave y lento,
sin prisa ni impaciencia porque pienso
que las cosas hermosas se disfrutan
mucho más si se espera su momento.
Dejemos que se tensen los sentidos,
que el aire poco a poco se caliente
y arda con la pasión... porque yo pienso
que tiene que llegar en el preciso
instante en que le toca realizarse
el más hermoso sueño.

Mejor así, amor mío,
espera un poco,
un poco más aún
hasta que el cuerpo
no aguante más de ganas
y aún en ese momento
no nos precipitemos,
hagamos que el deseo
imponga su verdad y que decida
el aire, el viento, la pasión y no
ni tú ni yo ni nadie más
el momento del beso.

V. K.

 

(Publicado por primera vez en Crónica del Viento el 8 de agosto de 2008)

Tú puedes ser feliz

-

Todos podemos ser felices. Nadie,
ni la desgracia ni la enfermedad,
ni la vida con todas sus desdichas,
ni siquiera una muerte inesperada
y cercana a nosotros puede hacer
que perdamos la luz de la esperanza.
Incluso aunque tengamos que pasar
por el dolor más fuerte y sin consuelo,
por la tristeza honda de sentir
que todo se termina en un momento,
nada puede obligarnos a decir
que la felicidad no está al alcance
de nuestras manos y de nuestros sueños.
Vivir, cuando se sabe disfrutar
la dicha y la alegría del momento,
la belleza que está ante nuestros ojos,
el amor, la amistad, la compañía
de aquellos que queremos y nos quieren
es por sí sólo suficiente dicha
y por eso aspirar a ser feliz
es empezar a serlo. Sabes eso,
se ha dicho muchas veces y es muy cierto.
No hay que pensar en la felicidad
como un tesoro que hemos de encontrar,
pues es su propia búsqueda, el camino,
donde hallaremos nuestra recompensa.



V. K.

Un inmenso vacío

-

Sólo quienes tenemos animales 

viviendo con nosotros entendemos 

cuánto nos acompaña su presencia, 

cómo su afecto y su cariño limpio 

y desinteresado nos alivia 

en momentos difíciles. Sentimos 

la ternura, nobleza y lealtad 

que nos brinda tener su cercanía. 

Por eso quienes no tienen la suerte 

de tener esa dulce compañía 

no entenderán jamás nuestra tristeza,  

ni ese vacío inmenso que nos queda  

cuando nos falta un animal querido. 

V. K.