
Tu sonrisa, mi amor, tus gestos, tu mirada,
tu alegría al mirarme, tus palabras tan tiernas,
el cariño que siempre me transmiten tus ojos,
tu corazón tan dulce, tus sueños, tus silencios,
son para mí un regalo que ya no me esperaba.
Eres franca, eres dulce, eres joven, despierta,
me miras y sonríes maravillosamente
con ese gesto ingenuo, tan tuyo, de los ojos
y mi alma ya cansada de tantos sinsabores
ha encontrado en tus ojos, en tu voz dulce y bella,
en tu cuerpo rotundo, divino, suave y firme
una alegría nueva, la vida renovada
con esa gran dulzura que me das y me ofreces.
Yo sólo tengo en cambio mi corazón cansado,
mis tristezas, mis sueños aún no realizados,
la emoción de mirarte con cariño a los ojos,
el sueño de abrazarte, la ilusión de tus besos,
la ternura infinita que siento en tu presencia,
el impulso alocado de acariciar tu cuerpo
y deseo y ternura y cariño infinito
que intento transmitirte con mi verbo sincero
y con el sentimiento que te entrego en mis versos.
V. K.