Sois distintos de mí, sois diferentes
los unos de los otros, cada uno
con su carácter y su pensamiento,
pero de cada uno de vosotros,
mayores y pequeños, he aprendido
parte de lo que soy y os agradezco
haberme acompañado tantos años
mientras todos crecíamos, haciendo
de nuestro aprendizaje de la vida
un trabajo de equipo, con sus horas
alegres y las otras más difíciles.
Compartimos recuerdos bien hermosos
y otros no tan alegres, pero siempre
estaré agradecido por las cosas
que hemos vivido juntos día a día,
mis hermanas y hermanos tan queridos.
V. K.