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Seducir es un juego y es un arte...
Cautivas la atención con la mirada,
con el tono de voz cálido y firme,
haciendo que quien oye tus palabras
sienta que es importante para ti,
pronunciando su nombre con respeto
y ternura a la vez, usando acaso
un juego de palabras que despierte
una sonrisa cómplice, soltando
inopinadamente alguna frase
con un doble sentido intencionado
pero sutil y suave, que insinúe
una atracción apenas definida...
Observas la reacción a tus palabras,
a tu sonrisa franca, a tu mirada
y vuelves a los temas generales
para crear acaso, en quien te escucha
una cierta tensión, un gesto, un guiño
que delate también sus sentimientos.
Sólo después de haber creado ambiente,
tensión, expectación, pulsión, deseo,
cuando ya el aire vibra entre los dos,
y la emoción se nota en el latido
del corazón, del pulso y de la mente
empiezas ya con las insinuaciones
que revelan despacio, poco a poco,
que estás dispuesto ya a llegar más lejos.
Después, si acaso, finges por momentos
un cierto alejamiento indiferente
para volver al rato a insinuarte
en un tira y afloja juguetón.
Luego ya de que ves que en ese juego
has conseguido despertar la chispa
de la complicidad y de la suave
ternura y simpatía compartida
empieza ya el vibrante recorrido
que va desde el "me gustas" al "te quiero"
pasando por el roce de las manos,
las caricias amables y los besos.
V. K.
Aprenderé el camino de memoria,
cada brizna de hierba, cada grano
de arena que me lleve hasta ese gozo
de perderme en tus muslos, en tus brazos.
Frotaré con mi piel tu piel morena
desde arriba hasta abajo, deteniendo
tus suspiros inquietos al llegar
al triángulo gozoso de tu cueva
ardiente y húmeda, de verticales labios
que esconde tu tesoro más preciado.
Mi lengua será complice del grito
ahogado de tu cuerpo al recorrerte
el vientre, el cuello, los muslos y los labios
y morderé tu mente con mis dientes
y tocaré el desnudo de tu cuerpo
con mis manos inquietas
hasta saciar la fuente de tu gozo
perdido entre tus sábanas.
V. K.