
Ya he perdido la cuenta de las veces
que he dejado una casa, una ciudad.
Mi vida ha sido siempre un gran trasiego,
un cambio y otro cambio, despedidas,
encuentros, ilusiones que terminan,
paisajes nuevos, gente diferente,
como un viaje eterno, sin final.
Soy por naturaleza vagabundo,
me aburre la rutina y la costumbre,
me siento a gusto en lo provisional.
Pronto me toca una vez más mudarme,
recoger mis recuerdos y marchar
y sé que una vez más habrá tristeza,
porque todos los sitios tienen algo
que nos hace apegarnos al lugar...
Personas, calles, rincones, sensaciones
que nos duele perder... pero al final
hay que seguir andando ese camino
y empezar otra vez en otra tierra
con nuevas ilusiones, continuar
mi vida de poeta vagabundo
descubriendo caminos sin cesar.
V.K.