Vagabundo

Ya he perdido la cuenta de las veces
que he dejado una casa, una ciudad.
Mi vida ha sido siempre un gran trasiego,
un cambio y otro cambio, despedidas,
encuentros, ilusiones que terminan,
paisajes nuevos, gente diferente,
como un viaje eterno, sin final.

Soy por naturaleza vagabundo,
me aburre la rutina y la costumbre,
me siento a gusto en lo provisional.
Pronto me toca una vez más mudarme,
recoger mis recuerdos y marchar
y sé que una vez más habrá tristeza,
porque todos los sitios tienen algo
que nos hace apegarnos al lugar...

Personas, calles, rincones, sensaciones
que nos duele perder... pero al final
hay que seguir andando ese camino
y empezar otra vez en otra tierra
con nuevas ilusiones, continuar
mi vida de poeta vagabundo
descubriendo caminos sin cesar.

V.K.

Alicia

No tiene mucho sentido
que me falte tu presencia
porque apenas te conozco,
pero te siento muy dentro.
Tal vez no quieras creerlo
pero al transcurrir el tiempo
la memoria de tu cuerpo
se hace más clara en mi mente.

Todo ocurrió en una noche,
¿Recuerdas? Tú estabas sólo
pasando unas vacaciones
en la ciudad, hace tanto
que no sé ya cuánto tiempo.
Era tarde aquella noche,
cuando empezamos a hablar
pero tu risa era dulce
y tu mirada algo triste
pedía cariño a gritos...

Luego las cosas pasaron
sin casi pensarlo, todos
se fueron marchando a casa
y nos quedamos tu y yo.
¿Quieres que te acerque a casa?
Bueno, sí, te lo agradezco...
y al llegar, si quieres sube
y nos tomamos la última.











La noche, casi mañana,
las copas, la risa, el sueño
y la música tranquila
y tus ojos y tus besos
y las sábanas revueltas
y el sudor y las caricias
y tu piel suave y ardiente...

Todo pasó en una noche,
después intenté encontrarte
pero nunca fui capaz...
Sólo recuerdo de tí
que eras rubia, eras pequeña,
que tu cuerpo me envolvía,
me abrazaba con gran fuerza...
también sé que te llamabas
Alicia y eras porteña.

V.K.

Volar

Quiero lanzarme al viento, abrir mis alas
y navegar en brazos del deseo,
dejarme acariciar por los alisios
y llegar a tus brazos, dulce amiga.

Siento el impulso ardiente de la carne
latiendo, firme, tenso, bajo el vientre
y adivino el deseo en tus pupilas
cuando cierro los ojos y me dejo
llevar, flotar, volar, ligero, ingrávido
impulsado tan sólo por el viento
de la pasión ardiente que tus labios
atesoran intacta para mí. Despacio,
el tiempo suspendido en el deseo,
con los ojos cerrados y en silencio,
el viento de la noche me transporta
a tu lecho revuelto y perfumado
por la humedad de tu deseo intenso.

Yo me dejo arrastrar sin resistencia,
sin miedo y olvidado ya del mundo
a la oscura caverna de tu sexo
y me entrego al placer sin una duda
consciente de que el tacto de tu piel
es para mí ahora mismo
la única esperanza que me queda
de sentirme vivir, de ser real
y salir de la rueda interminable
de mi cansada y sórdida existencia.

V.K.

Rastros de sentimientos

Parece que tendría que ser fácil
entenderse y lograr estar de acuerdo
entre aquellas personas que comparten
vivencias, experiencias y recuerdos.

Cuando hay que decidir y disponer
de cosas que nos unen y nos llevan
a sentir y evocar en la memoria
lo que por años ha sido lo nuestro
habría que esperar que las personas
con quienes hemos compartido todo
durante tanto tiempo y tan de cerca
pudieran comprender nuestras razones
mejor que ningún otro... y sin embargo
ocurre tantas veces lo contrario...

Un día y otro día, las familias
discuten y se rompen sin remedio
por algo tan banal en apariencia
como las cosas materiales. Siempre
que se aborda el reparto de una herencia
los hermanos se acusan entre sí,
los reproches guardados tanto tiempo
salen a relucir y cada uno
siente menoscabados sus derechos.

¿Será quizá que las cosas materiales
tienen guardado el rastro
de nuestros sentimientos?

¿O será simplemente que al faltar
los padres que crearon la familia
cada uno de los hijos mira más
a la propia familia que ha creado?

Supongo que la historia se repite
cada generación... y no es consuelo
pero imagino que hay algo en nosotros
que nos pide romper en un momento
con lo que queda atrás,
pensar en el futuro de los hijos
y defender lo que creemos suyo
incluso frente a quienes más queremos.

V.K.

Poco a poco

Se puede decir que más o menos he conseguido lo que me había propuesto con este breve paréntesis y puedo ya permitirme el inmenso placer de estar de nuevo con todos los que venís a leerme. Asuntos pendientes tenemos todos siempre, pero cuando nos agobian es necesario enfrentarse con ellos incluso cuando esto representa sacrificar ciertas cosas agradables.

Quiero daros las gracias a quienes me habéis escrito para darme ánimos, a los que habéis dejado unas palabras en mi cajita de aquí a la izquierda y a todos los que me consta habéis seguido visitando mi página para ver si había novedades. Es curioso pero apenas ha bajado el número de visitas durante estos días y esto es una de las cosas que me animan a seguir ya, aunque sea a un ritmo algo más calmado.

Estoy deseando leeros a todos, pero os pido un poco de paciencia. No quiero tomarme esto con excesivo entusiasmo, no sea que dentro de unos días me vuelva a ver en un agobio parecido al que me obligó a tomarme este decanso. Os prometo que este fin de semana sin falta os dejaré unos versos.

V. K.

PAUSA

Necesito dejar a un lado todo esto durante unos días. Tengo asuntos pendientes que atender y temo que el tiempo que dedico a mi blog y a los vuestros me está haciendo dejar a un lado cosas importantes. Espero que cuantos me leéis sepáis comprenderme y respetéis mi silencio. No puedo dar un plazo ahora mismo pero estaré de vuelta en cuanto pueda. Si tenéis algo importante que decirme, tenéis mi dirección en el perfil. No os olvido y vuelvo pronto. Abrazos y besos,

V.K.

El agujero

Si ya lo sé, me lo han dicho tantas veces...
Salir del agujero es sólo
cuestión de voluntad, de esfuerzo,
pero también es cierto que el problema
cuando el desánimo te asalta
y se apodera de ti
es ese justamente:
que se pierde la fuerza
de voluntad, el ánimo, el impulso
para ponerse en marcha.
Sólo despacio, paso a paso, derribando
la resistencia, la dejadez, la inercia,
con un pequeño esfuerzo cada día
se consigue vencer esa desgana
y poco a poco pero firmemente
recuperar el ritmo de tu vida.

V. K.

Lo que queda

Te sientas a mi lado,
no me hablas apenas
para qué más palabras
si ya está todo dicho.

Compartimos la casa,
los muebles, los amigos,
los perros y la cama
y el aire y la comida.

Me miras con distancia
cuando me sientes lejos
y sabes que mis sueños
vuelan hacia otros ojos.

A veces tienes dudas
de si esto es el cariño,
un sentirse uno al otro
como apoyo seguro
sin apenas pasión
ni reproches, ni gritos.

Así pasan los años
y sigues a mi lado
y yo te pido ayuda
cuando la vida es dura
y tú me das tu mano
y tu cariño amigo.

Desde aquel día lejano
en que nos conocimos
siempre has estado cerca
siempre me has comprendido...

Sé que no es suficiente
quizá lo que he sabido
ofecerte de mí
pero siempre he querido
estar cerca de tí,
estar aquí contigo...

Te he dado, lo prometo,
todo lo que he podido.

V.K.

Los Ojos

Los ojos son ventanas
por las que el alma
se muestra al mundo.
Hay quien quiere
ocultar su alma y los cierra.

Tú no, no los cierres, recuerda
que también son ventanas
por las que el mundo
se muestra al alma.

V.K.