Amo viajar y conocer lugares,
paisajes, pueblos, gentes diferentes.
Me hace gozar la idea de encontrar
lugares donde todo es de otra forma
y aprender de ese modo a comprender
el inmenso crisol de gentes, pueblos,
culturas y costumbres que conforman
el mundo hermoso en el que hemos tenido
la suerte de nacer y de vivir.
Todo viaje enriquece, cada encuentro
con alguien que ha vivido de otra forma
y se ha enfrentado a cosas en la vida
que apenas entendemos porque distan
de nuestra forma de vivir y ver
el mundo y las personas. Pienso siempre
que poder alcanzar cualquier rincón
de nuestro mundo en unas pocas horas
es un hermoso don que nos ha dado
la civilización de nuestro tiempo.
Ahora bien, el viaje que más cuenta
el más difícil y el más arriesgado,
el que más aventuras nos depara
y el que mayores gozos puede darnos
no está en llegar al final de la tierra.
El viaje que importa y que debemos
emprender cada día con los ojos
y el corazón abiertos
es el que nos lleva hasta lo más
profundo de nosotros, es el viaje
que nos lleva a aprender a comprender
lo que somos y aquello que queremos.
V. K.
