Hay veces en que acude a nuestro sueño
la realidad vestida con un traje
tejido con el hilo del deseo
sobre la trama gris de nuestros miedos.
Qué extraña sensación la que se siente
al despertar de un sueño en que se mezclan
imágenes vividas que la mente
distorsiona y oníricos paisajes
en que quien era una persona cambia
de cara y de carácter de repente
y se convierte en otro; el sueño juega
con el recuerdo, haciéndolo distinto
y con lo que deseamos con anhelo
pero también con lo que detestamos.
V. K.