Mi muy querida amiga, Rubita Morena está pasando por un momento triste y difícil. Me encantaría que la visitarais y le dijerais algunas palabras de aliento y de consuelo. Para romper el fuego, acabo de dejarle estos versos:
Mientras el aire se mueva con el viento
y refresque la piel de tus mejillas,
mientras el sol alumbre cada día
tus pasos vacilantes o seguros,
mientras un niño te muestre su sonrisa
o un amigo te abrace con cariño,
no estarás sola, amiga y seguirá
teniendo su sentido que estés viva.
No estés triste, mi niña, no te escondas
porque sabes que quiero ser tu amigo.
V. K.