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No sé si existe un Dios o simplemente
existe el Universo porque sí...
¿Acaso la existencia por sí misma
no es bastante prodigio, no nos llega
para darle sentido a nuestra vida
como para que sea necesario
imaginar que hay algo más arriba,
un Ser Supremo creador de todo,
menos de Él mismo que no fue creado?
Pienso que no creer lo que no sé
es sólo constatar cuán poco soy,
reconocer mi propia pequeñez,
la triste realidad de mi ignorancia.
Aún así, mi ignorancia no supone
que no tenga mi fe hecha a mi manera,
pues tengo claro aquello en lo que creo,
que es lo que marca el ritmo de mi vida:
Creo en la Tierra, Madre generosa,
que nos brinda el sustento cotidiano.
Creo en el Sol, la Luna y las Estrellas,
en los mundos lejanos y en el brillo
de la energía inmensa de los astros.
Creo en el Viento amigo que nos trae
todo lo que acontece cada día.
Creo en la Luz del día y también creo
en el misterio oscuro de la noche.
Creo en los animales y en las plantas
con quienes compartimos esta tierra.
Creo en el alma noble de los hombres
y las mujeres con quienes comparto
la vida, la ilusión y la esperanza.
Creo en los sueños y en que si creemos
en ellos se hacen realidad un día.
Creo en la Paz, en la Justicia, creo
en la lucha diaria por la vida.
Creo en la luz de la esperanza, creo
que hay felicidad en este mundo,
porque la busco siempre, y tengo fe
en el trabajo honrado y la alegría.
Creo en la Libertad y tambien creo
en la fuerza infinita del deseo.
Creo infinitamente en el Amor,
que es aquello que da sentido al tiempo,
al sufrimiento y a la misma vida.
V. K.